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Gurí es el nuevo destino gastronómico de la Ciudad Condal donde comer producto fresco de temporada con recetas del Río de la Plata y el Mediterráneo. Un restaurante con buenas críticas en las plataformas de reserva The Fork y Trip Advisor, donde los usuarios ya le dan un sobresaliente.

Es siempre emocionante presenciar algunas de las nuevas e interesantes aperturas que suceden en ocasiones en nuestra ciudad. La variedad y riqueza gastronómica, la fusión, las nuevas ideas y el aire fresco de algunos restaurantes dan oxígeno ante la (a veces) predecible oferta del «sota, caballo, rey«. Gurí es un ejemplo de lo primero. Esencia rioplatense muy revisada, trabajada y con una base de producto marcadamente mediterránea y de temporada.

Nace en Barcelona, concretamente en el característico barrio de Sants-Montjuïc, un nuevo restaurante fusión para amantes de la cocina fresca y de temporada. Su nombre es Gurí y ya cuenta con cinco estrellas en Trip Advisor y un 9.8 en The Fork. Este nuevo ‘spot’ comparte el alma acogedora, abierta y cosmopolita del barrio que le acoge. Gurí es un puente entre la cultura mediterránea y la latina uruguaya, un lugar de encuentro entre los sabores del Río de la Plata y los de nuestra tierra.

Gurí surge de la pasión del chef uruguayo Nicolás Zas, con experiencia en restaurantes internacionales, estrellados y reconocidos como el Ginette, el Arts, el Juno House, o Come, de Paco Méndez. En los fogones se alía con el chef chileno Christian Cáceres, un enamorado de la ciudad de Barcelona, que ha formado parte del equipo de Tanta y Llàmber en la ciudad.

Así, ambas tradiciones y métodos culinarios se complementan para resultar en una cocina diferente, estacional y de proximidad, que combina el recetario uruguayo con los productos mediterráneos de la más alta calidad.

Y los platos «fuertes» empezaron con unos tortellonis caseros de estofado de pato, salvia, mantequilla y pera lacto fermentada. Un relleno generoso  y un embriagador aroma a salvia podrían ser las notas más llamativas de este plato. Para acabar, una presa ibérica a la brasa, salsa reducida de su jugo y semillas de mostaza encurtidas. Delicado sabor a brasa y un potente y reducido jugo de carne.

Con un precio medio de 30€, puedes disfrutar de platos como el katsu sando de pedreros con hinojo envinagrado y salsa chipotle, o la lechuga a la brasa con salsa criolla y limón fermentado. Dada la temporalidad de la carta, algunas recetas van rotando; la empanada de maíz, queso de l’Alt Urgell y romesco, por ejemplo, pasa a ser una empanada de espárrago, aprovechando el momento más óptimo de este producto.

Además, por 45€ ofrecen un menú degustación de 7 tiempos, perfecto para compartir con amigos y familiares.

Completa la experiencia gastronómica una curada selección de vinos, naturales, autóctonos e internacionales (especialmente de Uruguay y Argentina), que acompañan el plato a la perfección.